A menudo ante personas con necesidades especiales, quien asume el papel de cuidador desoye las propias. Quiere expresar su dolor, cansancio, miedo, frustración, desánimo.... sin embargo se siente culpable por sentir lo que siente.
Es natural sentir todo eso y más y ello no nos califica como más buenos/as o más malo/as, simplemente como seres que sienten.
Ignorar esas emociones, no tener un lugar donde expresarlas o alguien en quién confiar, hace que la persona se vaya desconectando de sus verdaderas necesidades, quedando completamente eclipsadas y es cuando puede aparecer la enfermedad.
El cuidador tiene que ser cuidado, tiene derecho a decir no puedo más, a aprender pedir ayuda, escuchar sus necesidades, a participar en actividades en las que se sienta de nuevo, tener una red de amistades y personas con quien compartir.
Ser cuidador por elección propia, sin que ello suponga renunciar a ser uno/a misma.
Anna M Arnau
Terapeuta Shiatsu i moviment y Giodo Shiatsu
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1 comentari:
Tienes toda la razón Anna, a veces hay que pedir socorro, dejarse ayudar por otras personas, cargamos las mochilas de otros demasiadas veces. Gracias por tus impresiones y por lo que das. Un fuerte abrazo.
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