El centre

El centre

Carnaval!!! Carnaval!!

 
 
Ja arribat el carnaval!!
 


Sempre que sigui celebrar nosaltres ens hi posem així que..... si ens voleu fer arribar les fotos de les vostres disfresses les penjarem al blog! a gaudir de la festa.
 



 
Ja van arribant:
 
 l'Aixa esta preciosa

Alejandra esta genial!!
 En Joan i els seus companys
 I en Miquel
 i en joan a punt de sortir de servei
 
 
 

Terapias con caballos

La alemana Edith Gross Naschert compartió en la UANL sus experiencias en el tratamiento de pacientes con parálisis cerebral mediante la utilización de caballos.

Para Edith Gross Naschert, pionera de la equinoterapia en México, el éxito de un tratamiento a partir de esta alternativa se garantiza cuando se utilizan las estrategias y metodologías correctas con el paciente según su cuadro clínico.
La autora del libro Manual básico de equinoterapia, compartió sus conocimientos sobre el tema durante el Congreso Internacional de Terapias con Animales en México, que se desarrolló del 24 al 28 de julio en el Teatro Universitario; jornadas que fueron convocadas por el Centro de Investigación en Producción Agropecuaria.
En ese escenario, la maestra Gross Naschert impartió la conferencia magistral: “La utilización de las fuerzas físicas como estrategia terapéutica en la equinoterapia“, donde explicó la importancia de reconocer las necesidades del paciente para aplicar la mejor estrategia terapéutica.
Equinoterapia, nuevos enfoques de ayuda Edith Gross Naschert – de origen alemán y radicada en México-, fue quien introdujo a México esta novedosa manera de estimular a los niños con problemas físicos, específicamente con parálisis cerebral, porque es neuro-estimulante y desarrolla en los pacientes patrones motores como es la marcha o corrige patrones falsos.
“La equinoterapia es excelente siempre y cuando se utiliza la metodología correcta, es cuando vemos avances muy satisfactorios en pacientes de todo tipo de cuadro clínico; lo importante es que el terapeuta se capacite para que logre cambios y mejora la calidad de vida de los pacientes”, explicó.
Gross Naschert agregó que ya no hay escepticismo en relación a la equinoterapia como alternativa para la mejora de la salud de las personas, ahora el desafío es que los centros donde se imparten estas terapias estén certificados y los terapeutas estén calificados para la tarea.
“A partir de este tipo de jornadas queremos enfatizar cómo funciona la equinoterapia y precisar que es deber de la Federación Mexicana de Terapias Ecuestres el regularizar la capacitación y el ejercicio de la equinoterapia a nivel nacional, es uno de los objetivos, porque al final el éxito de un tratamiento mediante esta vía es saber aplicar las estrategias correctas”, puntualizó.
Y en ese sentido, dejó claro que para ofrecer la equinoterapia, es necesaria la capacitación para poder trabajar con pacientes por medio del caballo o con el caballo.
“Cada paciente establece un patrón de tratamiento según su cuadro clínico y el terapeuta debe saber identificarlo; el terapeuta debe tener básicos conocimientos médicos, psicoterapéuticos, psicológicos, pedagógicos y habilidades ecuestres”, expuso.
Edith Gross, quien fundó el primer centro oficial de equinoterapia en México, advirtió que el equinoterapeuta no diagnostica, ni medica; los pacientes llegan con un diagnóstico o con recomendaciones y en base a eso se establecen estrategias y metodología correctas para el tratamiento.
La equinoterapia es relativamente nueva en México, pero en Europa se trabaja desde 1954, después de la Segunda Guerra Mundial, de ahí se extendió desde Europa a América, Canadá y Asia; a nuestro país llega seriamente después de que Edith Gross publicara su primer libro en español.
Los primeros estudios se hicieron en 1953 en Alemania en niños con parálisis cerebral y se vio que hay un enorme beneficio porque se disminuyen los reflejos tónicos y se forma una postura para que el paciente sea capaz incluso de caminar”, agregó.

Un mati de llum i ombres

Aquest matí tot era ben glaçat feia força fred.
En Ricart sempre es el primer dissabte i junts hem pintat un sol ben gran i somrient que ens ha permés tenir tot un matí ben calid.

  Avui hem jugat amb les ombres 


 
 

 

Els cavalls i el vincle segur

Aquests dies a Barcelona fent la formació a Stephan Hausner,  de salud sistémica, una de les participants va preguntar si els animals formen part de la constel·lacio familiar de la familia en que viuen.  Sens cap mena de dubte en Hausner va contestar i sovint encarnen a persones excluides.


Això em va fer pensar en quina és la relació mes enllà de l'evident quan fem teràpies amb cavalls?  Allà es veu i es viuen moments intensos de connexió, d'alegria de reconeixement de complicitat; penso que en aquell moment mentre fem teràpia el cavall, el nen i nosaltres passem a formar part del sistema familiar i per això sovint vivim "instants màgics",  sorgeixen emocions ens traslladem més enllà de l'espai temps, superant reptes, deixant les pors i els condicionaments a un costat vivin i gaudint plenament d'aquell moment, instant present.





Cada cop estic més convençuda de que els animals i els cavalls en particular ens permeten aquesta obertura sabent que ho fem en un vincle segur, ens accepten tal i com som i son capaços de rescatar el millor de cadasqu de nosaltres i deixar-lo sortir.

El lenguaje de los árboles

Érase una vez un niño cuyo abuelo le enseñó el lenguaje de los árboles. Se lo fue descrifrando en los paseos de aquellas tardes de verano alrededor de su casa del bosque. El niño quería ser pájaro y volar, pero el abuelo insistía una y otra vez. Decía que si volaba muy alto se perdería las maravillas del bosque, las que suceden a los pies de los árboles, en sus hojas y en sus ramas. Por eso le llevaba de paseo por el bosque. Y con cada tesoro que le mostraba, el niño se quedaba prendado y su corazón se llenaba de silencio.





Y sólo entonces escuchaba los susurros de los árboles. Era el lenguaje de los árboles del que siempre hablaba el abuelo. Aunque no lograba entender lo que decían. Su abuelo decía que había árboles, los más sabios, los más ancianos, que llegaban al cielo. Era algo mágico. Por un instante se entrelazaban con las nubes y jugaban a acariciarse. Y en ese juego de caricias entre la esponjosidad de cada nube y las hojas pequeñitas, las de las ramas más altas de los árboles ancianos, las nubes les traían cartas del cielo. Y cuando las nubes marchaban, los árboles atesoraban cada letra, cada legado a la espera de que su destinatario viniera a escucharles. Pero ésa era la parte más triste de la historia del abuelo: que la mayoría de los destinatarios de esas cartas nunca venían a buscarlas. Y los árboles envejecían, llenos de historias, de susurros. Aprovechaban los atardeceres para dejar ir algunos mensajes con la brisa, o les contaban una pequeñita parte a los animales del bosque, por si pudieran ser sus emisarios. Pero casi ningún humano se acercaba a los pumas, a los zorros o a los búhos. A los perros y a los gatos sí, pero no a los animales del bosque. Pero el abuelo sí lo hacía. Y desde que el niño nació, le llevaba con él. Al principio subido en sus hombros. Luego ya, cuando pudo, caminando juntos. Llegaban hasta una piedra en medio de un claro en el bosque. Y ahí se sentaban a silenciar sus corazones desbocados y poder escuchar las historias de los árboles. Y aquellas historias hablaban de lugares lejanos, de corazones tranquilos y de amores luminosos. Pero sobre todo estaban llenas de palabras no dichas, de esas que las personas no dijeron por miedo, o por no escuchar, o por no darse el tiempo o… El abuelo decía que cuando estás en paz, ya no necesitas las palabras. Por eso el cielo es tan silencioso. Pero mientras tanto, hasta que llegas ahí, las palabras guardan el amor y el miedo, el dolor y la esperanza…guardan todo lo valioso que hay en las personas. Y las personas necesitan decirlas, y sobre todo escucharlas. Por eso los árboles siguen conservándolas. Porque los que están arriba en las estrellas mandan mensajes. Y porque los que están abajo lloran sus ausencias con palabras y lágrimas. Y de vez en cuando, en alguno de esos momentos mágicos en que los que viven en la tierra callan, los que están en el cielo hablan a través de los árboles. Pero el niño nunca pudo llegar a percibir las palabras en los susurros de los árboles, sólo escuchaba un extraño y bello susurro. Y con el tiempo, conforme crecía, pensó que su abuelo se lo inventaba todo. Ninguno de sus amigos sabía nada del lenguaje de los árboles, y en realidad muy pocos iban a pasear al bosque con sus abuelos. Pero a él le gustaba. Y le quería. Así que decidió que no importaba que aquellas historias sobre los árboles fueran reales o no, sólo que fueran de su abuelo. Hasta el día en que él murió. Una mañana luminosa de otoño su madre le despertó y le dijo que el abuelo se había quedado dormido y no se había despertado. Y el mundo del niño se paró. A partir de ahí todo fue difuso. La gente, las palabras, el entierro, las lágrimas de mamá…todo. Él ya no escuchaba nada, ni siquiera el latir de su corazón alado. Todo parecía detenido, sin vida y sin sentido. Le enterraron en el cementerio del pueblo de los veranos, junto a la abuela, a quien el niño no había conocido pero a la que el abuelo había añorado durante tantos años. Y el niño hizo lo único que sabía hacer en aquel pueblo, lo único que tenía sentido para él: fue al bosque. A su piedra en el claro del bosque. Y se sentó. Y entonces ocurrió. Empezó a escuchar palabras tras la brisa entre los árboles y el ulular del búho. Incluso le pareció ver un zorro a lo lejos. Pensó que aquello era imposible. Pero no lo era, ya no eran susurros sin sentido, eran frases. Frases que sólo el abuelo hubiera podido decir. “No quieras volar tan rápido, mira el bosque, siente la hierba, escucha a los árboles”. Y ahí lo comprendió. Ahora entendía las palabras porque estaban dirigidas a él. El abuelo le había escrito una carta para él. El abuelo y la abuela, juntos. Y entonces aprendió de una vez para siempre el lenguaje de los árboles, el que sólo los que tienen el corazón dividido, mitad en el cielo, mitad en la tierra pueden escuchar. Sobre todo si son niños o niñas, más dispuestos a creer en la magia del amor que los mayores. Ese amor que enlaza las nubes con las hojas de los árboles y llena los silencios de significado. Y el niño supo que ese lenguaje estaría siempre para contestarle cuando preguntara, cuando tuviera miedo, cuando se sintiera solo o cuando fuera feliz. Con la única condición de callar lo suficiente, amar profundamente, y no volar demasiado. Y supo también que a partir de ese día traería a su mamá a aquél rincón del bosque cada verano, para escuchar juntos a los abuelos. -

Pepa Horno

Conozco....

Conozco el miedo. Pero la pasión me hace valiente.

Paulo Coelho

Vols formar part de l'Equip de l'Unicorn Blanc.



 
Si esteu interessats en ser voluntaris, aprendre, ajudar, veure el cavall des de una altre dimensió i alhora col.laborar en un projecte on les persones i els cavalls interactuen ajudant en el procés nostre personal i en el de les persones que confien en nosaltres.






 
 










Les sessions son el dissabte i el diumenge al matí
Per fer-nos el suport durant les sessions d'Equinoteràpia.
Cerquem un equip dinàmic,  divertit i engrescat en el projecte!

carla_guibas@hotmail.com  annarnau@hotmail.com







 

Vínculo- Dependencia

Es importante entender que un vínculo afectivo positivo o seguro es lo contrario a la dependencia, es el que da la seguridad básica que nos hace autónomos. Vínculo y dependéncia son opuestos, no complementarios. El vínculo garantiza los cuidados y la seguridad al niño para explorar el mundo y establecer nuevas relaciones que, dada su experiencia previa, anticipará como positivas. De ese modo construirá su autonomía personal.




Sin embargo si el bebé no se siente seguro, empleará todos sus recursos en buscar esa seguridad y bloqueará su desarrollo. Sólo proporcionando al bebé una fuente de seguridad en las figuras parentales que han establecido vínculos afectivos positivos con ellos se le posibilita una exploración real afectiva del mundo, y a través de ella su desarrollo cognitivo y social.

Las características que definen un vinculo afectivo son la implicación emocional, el compromiso en un proyecto de vida con continuidad, la permanencia en el tiempo y la unicidad de la relación.
Los vinculos afectivos son personas que han constituido un vínculo con el niño o niña en las que han invertido sus propias emociones, que han cultivado durante tiempo y con la que se han comprometido generando un proyecto común de relación. Este proceso les ha convertido en personas únicas e insustituibles, en referentes de desarrollo para el niño o la niña. Cada persona es diferente, con cada persona construyen un mundo de significados distinto....
Pepa Horno- Tener una família

A la palla amb l'Espurna

 
Feia un bon ventet i he trobat a l'Espurna a un raparo, damunt la palla i al solet aixi que m'he apuntat a compratir una estoneta amb ella
 








Avui...

Una de les mes petites de l Unicorn es la Marina, tampoc l espanta el vent ni la fred i menys la distancia ve de Sabadell i es molt feliç quan veu els cavalls i interactua amb ells.
 
 
 
Avui ens ha fet riure molt, mentre netejava la Griselda l'Espurna ha començat de jugar amb els elements que ella havia posat per treballar a la pista, hem hagut d'anat a dir-li a l'Espurna que no els treies les coses, La Marina també  ha deixat que jugues ja que ha vist que era un poltre i volia experimentar. Més tard les cabres han aparegut a la pista i avui la Marina ha apres a espantar-les amb un pal molt màgic que les feia correr molt!

Una visita especial

Ja fa uns quants mesos, no recordo massa bé..... jo diria que era primavera,  mentre feiem Equinoteràpia vam sentir una veueta shhhh shhhh, epsss soc aquí!!
En Ricart, la Neu la Carla i jo no sabiem que era el que passava, aixi que ens vam acostar al rec i vam veure una granota.
L'Anna la va agafar i ens va explicar que es deia Tienet del rec, que havia nascut a un rec de la Rubina i que de rec en rec  havia anat a parar al rec de costat de la pista.
Es van fer amics amb en Ricart, van passar tota la sessió  jugant i compartint.
Avui novament hem tornar a sentir shhh shhhh eps ajudeu-me que tinc molta fred...
 
 
 
 Era en Tienet del Rec que ha havia tornat a visitar-nos....
 Quina alegria tornar-lo a veure

 Hola Ricart, tinc molta fred amb aquesta glaçada le potetes les tinc ben gelades.

 Aixi que en Ricart ha agafat en Tienet del Rec i se l'ha posat entre les seves mans per escalfar-lo, enviat alè i cuidat.
 
Aviat ha començat a cantar en Tienet estava ben refet del fred,  ens ha explicat que havia anat a recs molt llunyans, conegut nous llocs i viscut moltes aventures..... va estar a punt de ser engolit per un ocell molt gros que a punt va estar d'agafar-lo i sort a que es un gran nadador va poder fugir...En Ricart li ha ensenyat els nostres arbres, màgics.
 
  Explicat que es un dels més vells de la Rubina que quan els nostres avis eren molt joves, l'arbre ja hi era, una branca s'havia trencat i el Ricart i el Tienet li han tret.

També li ha explicat que a l'estiu les branques dels dos arbres màgics es toquen s'omplen de fulles i no es veu el cel.

Es diu que si passes per sota l'arcada que fan aquest arbres damunt d'un cavall i els envies un desig ells s'encarreguen amb les seves grans branques de fer-lo arribar al lloc on tots els desitjos es fan realitat.....