El centre

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Los espiritus de la naturaleza


La creencia en hadas y otros seres mágicos hunde sus raíces en la noche de los tiempos y el recuerdo de ésta creencia persiste en lo mas profundo de psique humana. En toda Europa, el pueblo, y en especial las comunidades rurales, ha conservado una gran riqueza de tradiciones relativas a estos seres que adoptan una gran variedad de formas y que pueden ser buenos o malos, perjudiciales o benéficos, pero a los que en cualquier caso hay que tratarlos con gran prudencia, pues ofenderlos puede ser muy peligroso. Para protegerse de ellos o para ganarse su favor, hay muchos amuletos, gestos rituales, etc., en los que el pueblo confiaba ciegamente. Y es que la relación entre hadas y humanos es muy compleja a menudo, de mutua dependencia y regidas por unos parámetros fuera de lo cotidiano, ya que el mundo de las hadas tiene sus propias leyes, muy distintas de las nuestras. Algunas de éstas creencias son tan antiguas como la vida misma: existen crónicas medievales de principios del siglo XII en las que aparecen cuentos que son ejemplo de ellas, y en algunos lugares de las Islas Británicas, el folclore relativo a las hadas es de una riqueza impresionante y hasta cierto punto sigue aún viva.



El reino de las hadas y duendes se divide en cuatro grupos.

Espíritus de la tierra: Duendes, Gnomos y Trolls
Espíritus del agua: Ninfas y Duendes del Agua.
Espíritus del fuego: Salamandras.
Espíritus del aire: Sílfides.
Tierra: Es el mas denso de todos los elementos. Representa el invierno y la noche.

Duendes: Según la mitología, los duendes son grandes seres mágicos. Se dividieron en dos campamentos, los Ljsalfar, o duendes de luz y Dopkalfar o duendes de la oscuridad, los cuales vivían en los bosques oscuros y bajo las olas del mar.
Gnomos: No habitan en la superficie de la tierra, sino en el subsuelo.
Trolls: Temen la luz del día.