El centre

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El método Tomatis paliaría un tercio del fracaso escolar


Cori López i Xammar, especialista en el método Tomatis

Tengo 67 años. Nací en Reus y vivo en Barcelona. Soy médica, neuróloga y pediatra. Estoy casada y tengo dos hijos y tres nietos. ¿Política? Decepcionada, pero no hablo de ideas y creencias: son cosas tan íntimas. . . Toco el piano -tengo el título superior- y el violonchelo.

Quién era Alfred Tomatis?

El doctor Tomatis (1920-2001) era físico y otorrinolaringólogo, nacido en París de madre cantante de ópera y padre intérprete de bajo.

¿Qué descubrió?
Que las vibraciones percibidas por el embrión en el útero materno... lo codifican.


¿Con qué consecuencias?
A la tercera semana de gestación aparece en el embrión un preoído que irá madurando con el sistema nervioso: el embrión escucha, y reacciona a esa escucha.


¿Qué aconsejaría a la mujer gestante?
Uno: que procure sentirse bien emocionalmente. Dos: que cante (aunque desafine). Su voz –vía columna vertebral y filtrada por el líquido amniótico– llega al embrión. Eso activa su escucha: le será muy útil afuera...


¿Qué más descubrió Tomatis?
Lo que formuló en la ley Tomatis: “La voz sólo contiene las frecuencias que el oído es capaz de analizar”.

¿Qué entiende por analizar?
Equivale al concepto de escucha, más allá del de audición: por razones diversas podemos dejar de atender, de escuchar una frecuencia sonora determinada.


¿Cómo llegó a esa conclusión?
Su madre le enviaba cantantes de ópera que habían comenzado a desafinar: Tomatis detectó que cada disfunción afectaba a un registro tonal determinado. Y, mediante tests auditivos, descubrió algo inesperado.


¿El qué?
Que la audición de esa persona tenía desactivada la escucha justamente en ese registro.


¿El oído puede hacer eso?
El cerebro lo hace: la escucha es voluntaria, selectiva y de base neurofisiológica. Y ciertos detonantes pueden inhibir la escucha... en una determinada frecuencia sónica.


¿Qué detonantes son esos?
Si está usted encerrado en un cuarto con alguien que empieza a insultarle gravemente, usted bloqueará su escucha. Otro ejemplo: si una madre chilla mucho a su niño, la escucha de ese niño bloqueará ¡por autodefensa, por autoprotección, por reflejo de supervivencia! la escucha de la frecuencia más agresiva e hiriente para él, ese registro sonoro.


¿Y eso es grave?
¡Ese niño tendrá problemas de aprendizaje en la escuela! Su escucha falla en algún punto... y no comprende bien a la profesora.

¿Y curó Alfred Tomatis a sus pacientes cantantes de ópera?
Sí. Ideó una terapia: un oído electrónico. Este aparato amplifica una grabación de voz o de música justo en esa frecuencia en que al paciente le falla la escucha. Y mediante unos auriculares se le hace escuchar esa rabación durante varias sesiones...

¿Y luego qué?
¡Eso activa la base neurofisiológica de la escucha! Al cabo de esas sesiones, la escucha queda restaurada: el cerebro recupera capacidad para analizar esa frecuencia, tenerla en cuenta, ¡escucharla! Y, entonces, esos pacientes volvían a cantar bien.


¿Así de fácil?
¡Sí! Y entonces el doctor Tomatis se dio cuenta de algo extraordinario...


¿De qué?
Esos cantantes, tras las sesiones de restauración de la escucha, ¡mejoraban también psicológicamente, recuperaban su armonía anímica! Así creó la audiopsicofonología.


¿Oído y psique están vinculados, pues?
Tomatis comprendió algo que hoy la neurociencia constata: la inhibición de la escucha en una frecuencia concreta expresa un trauma psicológico, un conflicto anímico.


¿Qué tipo de conflictos?
La ansiedad sobre todo: ¡el método Tomatis es un potentísimo ansiolítico! Y disfunciones conductuales, tics, miedo a hablar en público, algunas depresiones y psicosis... El método Tomatis los sana mediante la reparación de las disfunciones de escucha.


¿Cómo funciona este método?
Una vez localizado –mediante ciertos tests diseñados al afecto– el registro que el paciente no escucha, se le somete a sesiones de escucha de una música o voz amplificada en ese registro. Y así se activan los enlaces neuronales inhibidos... y entonces vuelve a escuchar bien el mundo, a armonizarse, a tomar plena conciencia de sí mismo.


¿En qué casos es especialmente recomendable el método Tomatis?
Si se aplicase sistemáticamente en nuestros colegios..., el actual 30% de fracaso escolar español ¡descendería a la mitad!


¡La mitad! Eso es muchísimo...
¡Por eso es escandaloso que no lo apliquemos! En Polonia se aplica en 200 escuelas, con grandes resultados y a un coste bajísimo. Tras varias sesiones de escucha, el niño con dificultades se centra, mejora su comprensión oral y lectora..., ¡solventa sus dificultades de aprendizaje!


¿Qué se le hace escuchar?
Música de Mozart o la voz de la madre, filtrándolo todo en las frecuencias convenientes en cada caso.


¿Por qué Mozart?
Los compases de su música coinciden con el ritmo neurológico humano. También es útil el gregoriano, que nos acompasa con el correcto tempo fisiológico respiratorio.


Si este método es tan útil, ¿por qué no está más extendido?
Por resistencias por parte de psicólogos convencionales. ¡No puedo entenderlo! Me indigna, porque esas reticencias están frenando unas mejoras colosales.

La contra de la Vanguardia:12/01/11