El centre

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La equitación, una medicina natural


Los efectos terapéuticos del caballo no se han descubierto ahora ni mucho menos. Ya los griegos se dieron cuenta de que la equitación era una actividad regeneradora: tonifica el cuerpo y eleva el estado de ánimo. Durante el siglo XVII nuevos hallazgos médicos mostraron que cabalgar era especialmente efectivo para luchar contra la gota.

Es el científico francés Chassiagnac uno de los primeros que avanzaría las líneas de investigación en torno a la equinoterapia. A finales del siglo XIX descubrió que la monta mejoraba los movimientos y el equilibrio de sus pacientes, y por eso, aplicó la equitación como tratamiento para los trastornos neurológicos, motrices y psicológicos.


En qué consiste
Gracias a la equinoterapia, es capaz de enfrentarse al movimiento, sin ser un agente activo. El trote del caballo produce en el ser humano sensaciones similares a las que siente el cuerpo al caminar, por lo que obliga a éste a reaccionar ante el movimiento y a volver a familiarizarse con él.

La variedad de trotes del animal favorece que el paciente sienta un amplio abanico de movimientos y sensaciones. Las respuestas musculares y sensoriales son precisamente las que facilitan su rehabilitación.

Aunque se suele utilizar sobre todo en casos de problemas del sistema locomotor por los beneficios que proporciona en articulaciones, músculos y sentido del equilibrio, el trato y relación con los caballos también se ha demostrado efectivo para combatir problemas de comunicación y comportamiento, sobre todo en el caso de niños y jóvenes.

Existe un gran número de enfermedades en las que es aplicable el uso de la hipoterapia como tratamiento: esclerosis múltiple, desórdenes alimenticios, traumas cerebrales, parálisis, enfermedades neurodegenerativas, problemas de conducta y comportamiento, síndrome de down, autismo y diversos tipos de minusvalías.

Esta medicina natural también ha demostrado ser efectiva en casos de rehabilitación de drogodependientes y en individuos con problemas de adaptación social.




Una terapia divertida
Asimismo, desde el punto de vista psicológico, se ha demostrado que, gracias a la equitación, mejora la autoestima, la atención y la concentración. El paciente también experimenta un aumento de la seguridad sí mismo y de la motivación para rehabilitarse.

Sin duda, otro punto a favor de la equinoterapia es que el paciente no percibe el tratamiento como un 'suplicio'. El trato con el caballo es siempre diversión y, por lo tanto, se muestra siempre mucho más receptivo en los ejercicios de recuperación. Al desarrollar los trabajos al aire libre, se favorece además la relación del paciente con el entorno y el espacio.

Por otro lado, es importante destacar que la hipoterapia siempre debe contemplarse como parte de un tratamiento integral para superar los problemas y no como una medicina aislada.