El centre

El centre

Un niño nunca olvida el insulto, el menosprecio... de los padres

 
Así como un árbol se ve afectado por la calidad del aire, el agua y el suelo en su medio, la salud emocional de los niños está determinada por la calidad de las relaciones íntimas que los rodean
Sus interacciones como padres, influyen en las actitudes y logros de sus hijos, la capacidad para regular sus emociones para llevarse bien con los demás. En general, cuando los padres se preocupan y se apoyan mutuamente, la felicidad emocional aflora en los hijos. Pero los niños que está constantemente expuestos a la hostilidad que existe entre sus padres, pueden toparse con riesgos que ni siquiera son capaces de advertir.

No hay ninguna duda de que los niños se sienten afligidos cuando son testigos de las peleas de los padres. Sus reacciones varían entre: el llanto, quedarse inmóviles, tensionados, taparse los oídos, esconderse (o por lo menos taparse los ojos, creyendo que así dejará de existir tan terrible escena).

Incluso los niños más pequeños, reaccionan ante las discusiones de los adultos con cambios fisiológicos tales como el aumento del ritmo cardíaco y la presión sanguínea. El estrés de vivir con el conflicto de los padres puede afectar el desarrollo del sistema nervioso autónomo de un pequeño, el cual determina la capacidad del niño para resolver problemas.

Los hijos de las parejas muy conflictivas obtienen clasificaciones más bajas. "La gran tragedia educativa de nuestro tiempo es que muchos niños están fracasando en la escuela, no por problemas intelectuales o físicos, sino por sus "desequilibrios" emocionales, producto del ejemplo emocional que reciben en el seno de sus hogares".

Los niños educados por padres cuyos matrimonios se caracterizan por la crítica, la posición defensiva y el desprecio, tienen muchas más probabilidades de mostrar una conducta antisocial y agresiva hacia sus compañeros de juego. Tienen mayores dificultades para regular sus emociones, concentrar su atención y calmarse a sí mismos cuando se sienten perturbados. También, el "maltrato emocional " recibido por un niño puede manifestarse en problemas de salud, que pueden ir desde tos y resfríos hasta llegar a cuadros de estrés crónico.

Aunque esto puede resultar perturbador para los padres que están experimentando un conflicto matrimonial, hay esperanzas. En especial para las parejas de padres (casados o divorciados) que se sientan motivadas por cuidar y dar un buen ejemplo a sus hijos. La primera y más importante lección que una pareja de padres debe aprender es:
No es el conflicto entre los padres, en sí mismo, lo que resulta tan perjudicial para los niños, sino la forma en que los padres manejan sus disputas