La respuesta debería avergonzar a Occidente. De la esclavitud infantil se lucran las grandes corporaciones industriales, textiles y tecnológicas de las sociedades más desarrolladas que rebajan sus costes, en muchos casos, con procesos de ensamblado y fabricación en países en los que el mercado laboral está desregulado, con manos de obra infantil y barata. Por eso sigue existiendo el Día Mundial Contra la Esclavitud Infantil.
Hoy se celebra el Día Mundial Contra la Esclavitud Infantil. Sobran motivos: ¿Sabías que, aún hoy, unos 400 millones de niños viven en situación de esclavitud, muchos de ellos trabajando en la elaboración de productos que se comercializan en Europa y el resto de Occidente? Un comunicado emitido por la Confederación Española de Religiosos llama la atención sobre las conexiones entre nuestras propias casas, nuestro consumo en las sociedades desarrolladas y un fenómeno vergonzante como la esclavitud infantil: "Puede ser que los plátanos que comemos y el café que degustamos estén empapados del sudor de muchos niños y niñas latinoamericanos o africanos", enumera. Y dice también: "Puede ser que las alfombras que pisamos estén tejidas por esclavos paquistaníes; cortinas, camisas, joyas y otros manufacturados podrían ser fruto del trabajo oculto y forzado de menores de la India; balones y juguetes de nuestros niños podrían gotear sangre de tantos menores asiáticos y caribeños", detalla.
EN HONOR A IQBAL MASIH
La elección de esta fecha para recordar el infierno por el que pasan millones de niños no es casual, sino que rinde homenaje a Iqbal Masih, un niño esclavo paquistaní de 12 años que logró liberarse de sus "amos" y trabajó por la liberación de otros niños hasta que fue asesinado el 16 de abril de 1995, por las mafias de los fabricantes de alfombras.
Con tan sólo cuatro años, Iqbal fue "cedido" a un fabricante de alfombras por su padre, a cambio de un préstamo de 600 rupias -equivalente a unos 12 dólares estadounidenses- que fue creciendo hasta resultar impagable.
Durante seis años, Iqbal fue obligado a realizar jornadas laborales de más de doce horas, frecuentemente encadenado al telar y golpeado si se dormía o despistaba.
En 1992, cuando tenía diez años, consiguió escapar de la fábrica, y se dedicó a denunciar la situación de esclavitud en que vivían otros muchos niños de su país, con el apoyo del sindicato Bhatta Mazdoor Mahaz ("Frente de los trabajadores de ladrillos").
... PERO LA ESCLAVITUD SIGUE EXISTIENDO
Pese a los años de lucha, la legislación internacional, las denuncias y los programas de apoyo a los niños en situaciones precarias, la esclavitud existe y sigue moviendo miles de millones de euros al año, denuncian las organizaciones.
Sobran los ejemplos: En China, los niños esclavos preparan explosivos y fuegos de artificio utilizados en la pirotecnia, mientras que Sierra Leona, se surte de esclavos para extraer diamantes de las minas.
En la República Democrática del Congo, miles de niños son esclavizados y explotados en la extracción de la casiterita y coltán, elementos usados e indispensables para los PC, mp3, teléfonos móviles y un sin fin de instrumentos que cotidianamente usamos los que habitamos en el llamado "primer mundo".
En Benin y Egipto se calcula que un millón de niños son forzados a trabajar en el sector algodonero porque son más baratos y obedientes que los adultos y tienen la estatura idónea para inspeccionar las plantas de algodón.
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