El centre

El centre

Caballo


Para entender bien a un caballo hay que entender el viento, pues es su elemento. Hay que comprender la fortaleza de la montaña, su paz, su dominio del llano. Tienes que dominar el agua, que es la esencia más tangible del movimiento.
Las cascadas, la rapidez. Hay que respetar al trueno y a la noche, sin temor pero con humildad. Hay que saber saltar sobre el fuego sin quemarse, observar, recibir el sol, la luz, el brío. Hay que saber nacer al despertar del día y ser uno sobre el terreno; el terreno original, sobre el que nacemos. Ser uno y salir disparado como una flecha, aunque estés quieto, subir y bajar, saber sotarse. Confiar en que el invierno es bueno y el verano. Saber que el movimiento se completa cuando otro movimiento se disuelve en él, cuando son dos pero son uno, uno pero dos. Entender el viento, el viento y la luz, su compañera. Cuando entiendes el viento y hablas con él, y confías en el propósito esencial de su naturaleza, en esos flecos que te llevan, entonces puedes comprender el universo de los caballos, sus leyes, su estatura moral, su propósito, tu propósito, el propósito de tu alma....
Cabalgando en el viento

Santiago García Rey