Caballo terapeuta

Tal com ya he escrito con anterioridad vengo de una familia íntimamente relacionada con los caballos, sin embargo hasta hace poco tiempo no los descubrí en su otra dimensión.
Solo fue posible cuando fui capaz de interpretar los mensajes que me estaban mandando y les abrí mi corazón; entonces uniendo su latir con el mio, me ayudaron a re-descubrirlos y a través de ellos re-descubrirme a mi misma.
Todo es terapia, verlos, tocarlos, asistir en las sesiones, caminar a su lado, escucharnos mientras acompañamos en el proceso a otros, su respiración, su latido el mio, siendo siempre consciente que cada contacto con ellos me esta nutriendo, me esta sanando.



























María Ernst a la que conocimos en persona en el simposium internacional de terapias asistidas por caballos, nos deseo a Carla y a mi mucho éxito en este gran trabajo. "Me voy a jubilar dejando a grandes profesionales a grandes personas trabajando en este ámbito, pero jamás se olviden de jugar con los caballos, de interactuar con ellos".





























Entrar en sus prados, llamarlos, acercarme, jugar interactuar es básico y necesario para mi salud física, psíquica, mental, emocional....Gracias a la magnífica labor de mi hermano Josep M, a quien mi padre le pasó el testigo de seguir con su gran pasión, sus caballos que gozan casi de libertad, de una salud plena y ello repercute en la relación y la terapia con nuestros muchachos.









Puedo analizar, estructurar, planificar sesiones y estrategias, pero lo más importante de todo lo básico y esencial no soy- somos nosotras, son ellos.





















A través de ellos de su presencia, de su energía, de su movimiento, nos reconectan con nuestra verdadera esencia, nos hacen vibrar y juntos caballo, terapeutas y alumnos nos trasladamos a una dimensión donde todo es posible, donde lo que nos limita fuera de este espacio desaparece y somos capaces y nos permitimos estar, ser y sentir.